El trasplante es una técnica quirúrgica en la que se implanta un injerto formado por células, tejidos u órganos procedentes de un donante en un individuo receptor con el fin de solucionar un proceso patológico grave.
Trasplante de corazón, tomada de Wikipedia
Hay distintos tipos de trasplantes:
Autoinjerto
Autoinjerto o injerto autógeno que consiste en el trasplante de un tejido u órgano procedente del mismo individuo.
Isoinjerto
Isoinjerto o injerto isogénico, en el que el donante y el receptor son individuos de la misma especie genéticamente idénticos.
Aloinjerto
Aloinjerto o injerto alogénico, el donante y el receptor son individuos de la misma especie pero genéticamente diferentes.
Xenoinjerto
Xenoinjerto o injerto xenogénico, el donante y el receptor son individuos de especies diferentes.
El éxito de un trasplante depende principalmente del sistema inmunitario del organismo receptor, que puede generar una respuesta de rechazo.
El rechazo es una respuesta inmunitaria celular específica desarrollada por linfocitos T, que reconocen los antígenos del complejo principal de histocompatibilidad (MHC) presentes en el injerto y tratan de destruirlo.
La capacidad para aceptar un trasplante depende de que el individuo receptor comparta los genes de histocompatibilidad con el donante, por lo cual, el grado de rechazo depende del origen del órgano trasplantado:
En los autoinjertos y los isoinjertos no existe rechazo puesto que las células del donante son genéticamente idénticas a las del receptor.
En los aloinjertos y los xenoinjertos, las diferencias existentes entre el organismo donante y el receptor dan lugar al rechazo.
El rechazo de los trasplantes se produce en tres etapas sucesivas:
- En primer lugar los linfocitos TH son activados por las células presentadoras de antígenos y segregan distintos tipos de citoquinas que a su vez activan a los linfocitos B y a los macrófagos.
- A continuación las interleuquina 2 (IL-2) y el interferón gamma dan lugar a la activación de los linfocitos T citotóxicos. Las interleuquinas IL-2, IL-4 e IL-5 promueven la activación de los linfocitos B mientras que el interferón gamma y la linfotoxina participan en la activación de los macrófagos.
- Finalmente la acción de los linfocitos citotóxicos, de los macrófagos y de los anticuerpos en unión con el complemento desencadenan el rechazo al producir la lisis celular, lesiones en los vasos, hemorragias e inflamación.
La base para prevenir los rechazos es buscar que la compatibilidad entre los tejidos del donante y del receptor sea la máxima posible, teniendo en cuenta que esta compatibilidad solo es absoluta en los casos de hermanos gemelos univitelinos. Para reducir los efectos de la respuesta de rechazo pueden utilizarse distintos métodos, como son: la inducción de tolerancia por diversos métodos, como puede ser el pretratamiento con transfusiones de sangre con leucocitos alogénicos, la otra posibilidad es la inmunosupresión del individuo receptor por medio de inmnunosupresores inespecíficos, como la ciclosporina, que inhibe la acción de los linfocitos T mediante el bloqueo de la síntesis de citoquinas, o los esteriodes, que inhiben la acción de los macrófagos activados. También se puede conseguir inmunosupresión utilizando anticuerpos monoclonales específicos para linfocitos TH.