Membrana plasmática, célula eucariota, tomada de Wikipedia.
Las proteínas son moléculas de una gran diversidad estructural, lo que les confiere la capacidad de intervenir en muchas y muy diversas funciones, pudiendo una misma proteína realizar más de una función. Ejemplo, una proteína puede ser al mismo tiempo estructural y enzimática, como ocurre con muchos enzimas que forman parte de las membranas celulares. Entre estas funciones podemos destacar:
- Estructural. Proporcionan fuerza y protección a las estructuras biológicas. Como ejemplo tenemos las glucoproteínas de las membranas celulares, las tubulinas del citoesqueleto, las histonas, el colágeno y la queratina.
- De reserva. No es habitual que las proteínas funcionen como una reserva energética, pero sí como depósito de aminoácidos para el desarrollo del embrión. Tenemos la ovoalbúmina de la clara del huevo, el gluten de la semilla del trigo y la caseína de la leche.
- De transporte. Tenemos proteínas transportadoras asociadas a membranas, permeasas y proteínas extracelulares que transportan sustancias entre diferentes partes del organismo, como la hemoglobina, la mioglobina y las lipoproteínas.
- Enzimática. Tal vez sea la función más importante de las proteínas, puesto que la vida no sería posible sin las enzimas. Las enzimas son proteínas que tienen acción biocatalizadora, es decir, que favorecen las reacciones químicas que tienen lugar en las células de los organismos. Se conocen aproximadamente tres mil enzimas y todas tienen un elevado grado de especialización. Ejemplo la peroxidasa, la catalasa y la ribonucleasa.
- Hormonal. Las hormonas proteicas son transportadas por el medio interno del organismo (la sangre en los animales y la savia en los vegetales) y así llegan a determinas células a las que estimulan para provocar el inicio de reacciones específicas. Como ejemplos tenemos: la insulina del páncreas, la tiroxina de la tiroides y la hormona del crecimiento de la hipófisis.
- Contráctil. Proteínas que permiten al organismo cambiar de forma o desplazarse. La actina y la miosina son las responsables de la contracción y relajación muscular. La flagelina, que forma parte del flagelo bacteriano, permite la movilidad de las bacterias. La tubulina y la dineína, de los cilios de las células eucariotas, permiten la movilidad celular.
- Protectora o defensiva. Algunas proteínas desempeñan funciones de protección, como por ejemplo, la trombina y el fibrinógeno, que contribuyen a la formación del coágulo durante una hemorragia e impiden la pérdida de sangre. También los proteoglucanos (mucinas) tienen acción germicida y protectora de las mucosas, y se segregan en los tractos digestivo, respiratorio y urogenital. Las proteínas que poseen una función defensiva más importante son las inmunoglobulinas o anticuerpos de la sangre. Su función es asociarse a las sustancias extrañas que penetran en el organismo (antígenos) y neutralizarlas. También tienen una función defensiva muchos antibióticos, que son péptidos segregados por bacterias y hongos, y actúan frente a otros microorganismos impidiendo su reproducción o provocando su muerte.
- Homeostática. Las proteínas son moléculas capaces de conservar el equilibrio del medio interno y, gracias a su capacidad amortiguadora, también colaboran en el mantenimiento del pH.
- De reconocimiento de señales químicas. En la superficie externa de las membranas celulares existen numerosas proteínas encargadas del reconocimiento de señales químicas. Las hay capaces de identificar hormonas, neurotransmisores, anticuerpos, virus, bacterias, etc.