Vitamina C, tomada de Wikipedia
Los glúcidos son uno de los principios inmediatos orgánicos, propios de los seres vivos. Su proporción en las plantas es mucho mayor que en los animales. En los seres vivos realizan dos funciones principales: función energética y función estructural.
- Función energética.
El glúcido más importante es la glucosa, puesto que es el monosacárido más abundante en el medio interno, y puede atravesar la membrana plasmática sin necesidad de ser transformado en moléculas más pequeñas. Su oxidación libera energía que nos permite la realización de los procesos vitales. El almidón (vegetales) y el glucógeno (animales) son formas de almacenar glucosas. Cuando las células lo necesitan, movilizan estas reservas, liberando moléculas de glucosa. - Función estructural.
Algunos glúcidos forman parte esencial de las paredes celulares de los vegetales (celulosa, pectina, hemicelulosa), de las paredes bacterianas (peptidoglicanos), del exoesqueleto de los artrópodos, de los caparazones de los crustáceos (quitina) y de los ácidos nucleicos (ribosa y desoxirribosa).
Hemos de destacar la importancia del enlace β, que impide la degradación de las moléculas unidas y hace que algunos organismos puedan permanecer cientos de años, (como en el caso de los árboles), manteniendo estructuras de hasta 100 metros de altura. - Otras funciones específicas de determinados glúcidos son:
- La de antibiótico, ejemplo, estreptomicina.
- La de vitamina, como la vitamina C.
- La anticoagulante, caso de la heparina.
- La hormonal, como la hormona luteinizante (LH) y la hormona folículo estimulante (FSH).
- La enzimática, junto a proteínas, forman las ribonucleasas.
- La inmunológica, como las inmunoglobulinas o anticuerpos.