Azufre, tomada de Wikipedia
En los seres vivos, el azufre forma parte de los aminoácidos cisteína y metionina y de otros compuestos orgánicos. El azufre de la atmósfera se encuentra en forma de sulfuro de hidrógeno (H2S), procedente de la actividad de los microorganismos y de dióxido de azufre (SO2) que se origina por la combustión del carbón y del petróleo. El azufre se encuentra en numerosas rocas y sedimentos de la Tierra en forma de minerales de sulfato como el yeso, o en forma de minerales de sulfuro como la pirita.
La mayor parte del azufre de la corteza terrestre se encuentra en forma de sulfatos (SO42-), compuestos solubles que pueden ser absorbidos por plantas, algas y microorganismos, que los reducen para que formen parte de su materia orgánica. Este proceso se conoce como asimilación reductora del azufre. A partir de estos organismos pasa a través de la cadena trófica. Cuando la materia orgánica de estos organismos se descompone, por microorganismos como por ejemplo Aerobacter, se origina sulfuro de hidrógeno. Bacterias del género Thiobacterium son capaces de oxidar el sulfuro de hidrógeno y originar azufre, y bacterias del género Thiobacillus pueden oxidar el azufre a sulfatos.
Por otra parte, el sulfato puede ser reducido directamente a sulfuro de hidrógeno (H2S), proceso denominado reducción desasimilatoria del azufre. Este proceso lo realizan bacterias del género Desulfovibrio.